Entrando en el arranque de la campaña de soja, es conveniente ir teniendo bien en claro la estrategia de manejo que implementaremos para obtener el máximo rendimiento, apuntando a que las variedades expresen todo su potencial. Es momento de tomar decisiones, entre las que seguro está el barbecho químico corto. Si bien, el manejo de malezas debe iniciarse mucho antes de la siembra, debemos ir haciendo el seguimiento de cómo se desarrolla la dinámica del flujo de emergencia de malezas estivales en primavera. Un buen barbecho es el resultado de un manejo integrado con herbicidas residuales, que comienza en invierno, sigue en primavera y termina en la preemergencia del cultivo, para llegar al momento de la siembra con el campo libre de competencia.
El objetivo del barbecho corto es tener controlado ese primer flujo de nacimientos antes de la emergencia del cultivo, garantizando mejores condiciones para la implantación.
En la situación actual de seca, puede que los barbechos químicos cortos para soja estén un poco demorados debido a la escasez hídrica arrastrada en gran parte del país. Monitoreando cómo se desarrolla la dinámica del flujo de emergencias de malezas estivales en primavera, es importante considerar el uso de herbicidas preemergentes que permitan controlar los nuevos nacimientos de malezas para evitar que consuman los recursos que demandará la soja.
Las malezas siguen expandiéndose y sumando situaciones de resistencias y tolerancias. Según un trabajo de Aapresid, es claro que el cuidado de la tecnología debe ser una tarea prioritaria en el contexto actual. Siguen conociéndose nuevos casos de resistencia a determinados principios activos, como consecuencia de la falta de rotación de herbicidas de diferente modo de acción. En 1996 se encontraron los primeros biotipos resistentes a inhibidores de ALS, siendo esta la primera cita de resistencia en Argentina. En el 2013 se detectó la resistencia a glifosato, sumando más tarde la resistencia múltiple a glifosato e imidaziolinonas. En 2016 se detectó la resistencia a herbicidas hormonales (2,4-D y Dicamba) y la resistencia múltiple de estos últimos y glifosato. Hace días se sumó una nueva resistencia del Amaranthus hybridus (Yuyo colorado) al inhibidor de la PPO Fomesafen, sumando un nuevo modo de acción a la lista.
La resistencia es un proceso evolutivo que resulta de la selección ejercida por el uso continuo de un herbicida o de herbicidas con el mismo mecanismo de acción y/o ruta de degradación metabólica. Este proceso de uso continuo selecciona ciertos individuos (biotipos) dentro de una población de una determinada especie de maleza que tiene la capacidad para sobrevivir y reproducirse después de la aplicación de un herbicida al cual la población original era sensible. La tolerancia es la habilidad de una especie de sobrevivir y reproducirse después de ser expuesta a un herbicida en la dosis normalmente utilizada para controlar otras especies. Por lo tanto, cada día es más importante la incorporación de toda la tecnología disponible en forma sistemática.
La rotación de productos con distintos modos de acción y la combinación de herbicidas con efecto residual con otros de contacto, se presenta como una alternativa para retrasar la aparición de resistencias, reducir la infestación de malezas y ampliar el espectro de control especialmente previo a la implementación del cultivo.
La aplicación del barbecho en soja con combinaciones de diferentes principios activos y coadyuvantes permiten lotes más limpios de malezas.
En presiembra, ante escenarios de falta de agua o presencia de malezas difíciles, el uso de estrategias de overlapping aparece como una herramienta eficaz, gracias al solapamiento de distintos productos residuales, orientados cada uno según la eficacia que tengan sobre cada maleza objetivo.
La técnica de overlapping consiste en aplicar dos herbicidas residuales con diferentes modos de acción, de manera que antes de que termine la residualidad del primero, empiece a actuar el segundo solapadamente. Los beneficios de esta acción son de corto y mediano plazo. De corto plazo porque eliminamos con el segundo medio de acción a las malezas que por sus rasgos genéticos son resistentes al primer herbicida. De mediano plazo porque evitamos seleccionar a los individuos resistentes y potenciar un problema a futuro. La complejidad aumenta si mencionamos los casos de resistencias múltiples.
La actividad residual de herbicidas aplicados para mantener cultivos y barbechos libres de malezas por períodos más o menos prolongados, está condicionada por diferentes factores: dosis, frecuencia de utilización, formulación, tipo de suelo y clima que condicionan su degradación.
Ante este escenario, Terbyne Max + Tecnonlogía de Formulación BLEND/Max de Sipcam Arg, surge como un herbicida preemergente recomendado para el control de malezas en barbecho corto a soja y maíz. Está compuesto por Terbutilazina y Flumioxazin, 2 ingredientes activos que actúan con diferente modo de acción sobre las malezas y de manera complementaria, demostrando una mayor residualidad y un espectro de control más amplio comparado a los componentes por separado.
En condiciones de precipitaciones erráticas es clave considerar, más allá de los buenos aportes que nos brinda una correcta implementación del Over lapping en cuanto al control de malezas, la versatilidad de uso de los herbicidas a aplicar. Es clave considerar que, en muchos casos, las condiciones climáticas poco favorables para un determinado cultivo nos obliguen a cambiar de decisión y darle uso a un determinado lote para implantar otro cultivo que no estaba planificado. El uso de herbicidas versátiles como Terbyne Max, nos permite ser eficientes en el control de malezas, pero a la vez flexibles en cuando al uso a darle a nuestro lote.
Un ensayo realizado en Diego de Alvear, Santa Fe, demostró la eficacia del Terbyne Max, logrando controles superiores al 90% de Amaranthus spp. a los 45 días. Aplicado 25 días antes de la siembra, aportó más de 20 días de residualidad dentro del cultivo, sin generar problemas de fitotoxicidad. Por lo tanto, es una herramienta de eficacia demostrada especialmente en épocas donde escasean las lluvias.
Las principales fortalezas de este nuevo herbicida están dadas por la fácil incorporación a la solución del suelo con escasas precipitaciones y la prolongada residualidad, sin causar fitotoxicidad en el cultivo de soja. Terbyne Max es un herbicida que se puede aplicar unos 30 a 40 días antes de la siembra de la soja, dependiendo de las características del suelo, y la residualidad puede llegar hasta más de 20 días luego de la emergencia del cultivo.
Alejandro Iturbe - Gerente de Desarrollo - Sipcam Argentina
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