Las condiciones de sequía están instaladas, y no está claro cuando llegarán las lluvias. Al planificar la campaña de maíz, se suman algunas incertidumbres ya que los momentos ideales para la preparación del barbecho y las aplicaciones de preemergentes deben replantearse para evitar cualquier escape de malezas. Ante este escenario, lograr la certeza de que los cultivos se desarrollarán en lotes limpios, es todo un desafío. Las condiciones de estrés térmico e hídrico puede que favorezcan a las malezas y compliquen su control. Realizar una única aplicación de un herbicida pos-emergente que limpie el lote y además permita un control preemergente con alta residualidad que se active cuando lleguen las lluvias, es una estrategia de anticipación altamente recomendable.
La resistencia a los fitosanitarios en malezas viene en aumento y genera una gran preocupación. Desde Aapresid destacaron que es una problemática que avanza silenciosamente y obliga a realizar cambios importantes en la manera de producir. Actualmente, Argentina cuenta con 43 biotipos resistentes en malezas, siendo el Amaranthus hybridus la última en demostrar resistencia al fomesafen, un inhibidor de PPO.
La necesidad de minimizar el uso intensivo y exclusivo del glifosato como herramienta de enorme flexibilidad contra las malezas obliga a regresar a manejos más precisos, en los que recobra importancia el factor tiempo. No debemos olvidar que para ser eficiente un herbicida debe emplearse dentro de una determinada ‘ventana de aplicación’ (momento adecuado).
La resistencia obliga a trabajar con herbicidas alternativos, rotando y sumándolos al glifosato, o incluso reemplazándolo. Las buenas prácticas actuales recomiendan como primer paso fundamental, reconocer el tipo de malezas presentes en el lote, identificando si presentan algún tipo de resistencia o tolerancia. El monitoreo sigue siendo clave y nunca hay que evitarlo. Luego, en base a estas observaciones, hay que determinar qué tipo de herbicidas aplicar y en qué momento. Este factor es uno de los principales inconvenientes debido a la variabilidad climática que venimos experimentando, ya que las primeras camadas pueden aparecer en octubre, noviembre o diciembre, dependiendo de la cantidad de lluvias que se presenten y disparen la germinación de esas especies.
Los herbicidas preemergentes son una de las herramientas más valiosas para afrontar las malezas. Entre sus beneficios están los siguientes: reducir el banco de semilla de malezas, dar competitividad y ventaja temprana a los cultivos sobre las malezas, otorgar flexibilidad a los postemergentes ampliando la ventana de aplicación y, por último, posibilitar la rotación de principios activos, con la inclusión de distintos mecanismos de acción.
Respondiendo a las necesidades del productor, Sipcam Argentina acaba de lanzar Terbyne Xtreme, un nuevo herbicida residual y sistémico, de amplio espectro para el control pre y post-emergente de malezas de hoja ancha y algunas gramíneas anuales, selectivo para el cultivo de maíz. Dentro de sus principales fortalezas se destacan la versatilidad de uso y su flexibilidad, ya que permite ser aplicado en maíz tanto en preemergencia como con el cultivo nacido. Se caracteriza por ser un herbicida con una prolongada residualidad que asegura un excelente control preemergente, manteniéndose más tiempo en la superficie. En la situación actual, donde no sabemos si habrá precipitaciones cercanas que activen la acción del principio activo, esta característica es fundamental, ya que nos amplía la ventana de acción del residual, permaneciendo activo por más tiempo en suelo a la espera de lluvias.
Adicionalmente, Terbyne Xtreme es muy eficiente para el control post-emergente de malezas de hoja ancha y algunas gramíneas anuales, permitiendo ser aplicado desde V3 hasta V5, sin riesgo de fitotoxicidad ya que es selectivo para el maíz, evitando también los efectos tipo “carryover”.
Por su tecnología de formulación Blend MAX, Terbyne Xtreme reúne en un solo producto banda azul un importante efecto post-emergente y preemergente con un muy bajo impacto sobre el ambiente. Su composición incluye 2 ingredientes activos: terbutilazina (Inh de FS II) y mesotrione (Inh HPPD). La terbutilazina, se caracteriza por su estabilidad en el suelo por su alto Koc y baja solubilidad en agua, demostrando una gran residualidad debido a su bajo potencial de lixiviación. El mesotrione, por su parte, es una herbicida sistémico con acción residual, moderadamente móvil en el suelo, selectivo para el cultivo de maíz. Esta combinación de activos actúa inhibiendo diferentes procesos metabólicos manifestando un excelente sinergismo, fundamentalmente cuando se aplica sobre malezas nacidas. Es absorbido por hojas, raíces y tallo, bloqueando la enzima HPPD, inhibiendo la biosíntesis de carotenoides, e irrumpiendo la traslocación de electrones a nivel de fotosistema II.
Al ser selectivo para maíz, puede ser utilizado desde el barbecho hasta el mismo día de la siembra, inclusive con el cultivo emergido, garantizando un excelente poder residual, una mayor simplicidad de manejo, y una alta compatibilidad en mezclas de tanque. Además, controla eficazmente varias malezas difíciles y/o tolerantes a glifosato u otros activos.
Un ensayo realizado en Speluzzi, La Pampa, donde se evaluó el control de diferentes herbicidas en postemergencia sobre un maíz sembrado en 20 de diciembre del 2021, demostró la eficacia del Terbyne Xtreme, sobre amaranthus hybridus y malezas gramíneas anuales como la digitaria sanguinalis y eleusine indica.
Terbyne Xtreme se posiciona como una herramienta versátil y eficaz tanto para el control postemergente de malezas difíciles con antecedentes de resistencia o tolerancia como Amaranthus spp. y Conyza spp., como también preemergente pudiéndose aplicar aún con el maíz ya nacido, esperando una lluvia para que se pueda incorporar inmediatamente realizada la aplicación.
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